En el libro “El gran resquebrajamiento: cómo hemos perdido el rumbo en el nuevo siglo”, el autor Paul Krugman hace una recopilación de sus columnas de opinión sobre temas de economía y política. En específico, las columnas presentadas en su libro comienzan con la subida y el desplome de la bolsa de valores norteamericana y todo lo que sucedió a la par con esto. Una de las columnas que me llamó la atención fue la publicada en Fortune el 25 de mayo de 1998, El advenimiento de la era de hielo.
En esta columna el autor presenta una analogía sobre la evolución y más específico en la “psiquis evolutiva”. Krugman señala que la idea básica de la “psiquis evolutiva” es que nuestros cerebros están exquisitamente diseñados para ayudarnos a acoplarnos al medio ambiente. No obstante, también dice que desafortunadamente, el medio ambiente para el cual están diseñados es el mismo en el que hemos evolucionado y vivido en los últimos dos millones de años, y no la civilización que creamos hace solo un par de siglos. Con esto el autor nos deja saber que todos nosotros somos cazadores –recolectores perdidos en la gran ciudad.
Krugman utiliza la analogía de la era del hielo para decirnos que la mayoría de los inversionistas en la bolsa de valores están detrás de un mamut, o sea, su comportamiento de inversión tiende a buscar el dinero en un crecimiento rápido o grande. El presenta el ejemplo de dos tribus de la era del hielo: el Clan de la Cueva del Oso y el Clan de la Cueva del Toro. Siendo el primer grupo uno que tiende a tener una estrategia segura para sustentar su fuente de alimento, mientras que el segundo clan utiliza una estrategia riesgosa.
Dice Krugman que el primer clan se dedica a cazar conejos porque están seguros que a diario aparecerá algún conejo que puedan cazar. Mientras, el segundo grupo se arriesga mas porque caza un mamut que tal vez no aparecen a diario como los conejos pero que como quiera un mamut es un mamut (es algo grande). También señala que la conducta de los que tienen una estrategia segura, al ver que los que se arriesgan “triunfan”, tienden a copiar el comportamiento riesgoso con el fin de obtener el mismo “triunfo”.
Esta analogía, Krugman, la “trae” al mundo de las finanzas modernas, específicamente, a las inversiones en la bolsa de valores. Así mismo el autor señala que con la teoría financiera los instintos de capturar un mamut no son para nada apropiados. Establece que el hecho de que la gente haya obtenido grandes ganancias de capital en el pasado no da absolutamente ninguna razón para pensar que en el futuro también las obtendrá. Con esto el autor deja bastante claro que el inversionista moderno no debe pensar ir tras el mamut sino que debe tener una estrategia más segura que a su vez de mayor rendimiento.
Para Krugman en cierta manera el mercado de las bolsas de valores han ido aumentando por la compra de inversionistas desesperados por entrar en la acción al ver que habían perdido oportunidades en el pasado. Sin embargo, el autor señala que las noticias sobre las ganancias mediocres de las empresas indican todo lo contrario. Y teniendo esto presente podríamos considerar que la “estabilidad” de la bolsa de valores en aquel momento estaba basada en un piso falso sostenido desde abajo por los inversionistas que como locos iban tras el mamut (tras la ganancia rápida y un tanto riesgosa).
El autor a su vez nos dice que tiene la sensación de que la gente que trata de tener una visión de largo plazo ha quedado en riesgo de extinción por las inmensas ganancias recientes [año 1998], y que las supuestas explicaciones que se escuchan sobre por qué los precios [en aquel momento] sí tenían sentido eran racionalizaciones más que teorías serias. Para Krugman existía en el horizonte una Era de Hielo, que puede ser interpretado como el momento histórico que puede llegar a su fin mediante un colapso del propio sistema de la bolsa de valores en el sentido de que pueden surgir perdidas abruptas por el comportamiento de los inversionistas que ya no están planificando a futuro sino que van detrás de las posibilidades inmediatas de aumentar sus ganancias.
Por último, en mi opinión el “meltdown” de esa era de hielo lo pudimos ver con respecto al mercado del petróleo donde hubo muchas especulaciones provocando los aumentos abruptos en los precios y que ahora ya están cayendo. No dudemos que ahora vuelvan inversionistas riesgosos que apuesten al petróleo considerando que puede volver a aumentar y que con ello obtendrán mayores ganancias. A los ojos de Krugman el escenario de que un mercado específico vuelva a dar ganancias abruptas podría no repetirse.
Por lo tanto, el inversionista debería de planificar hacer un balance con una cartera para inversiones seguras y otra para aquellas inversiones riesgosas. Así tal vez la propia bolsa de valores podría en cierta manera tener estabilidad dentro de su propia característica volátil. Pues con inversionistas consientes y cuidadosos las especulaciones podrían disminuir y con ello podría haber una posible estabilidad. Por lo tanto se debe dejar planteadas las preguntas: ¿Qué tipo de inversionista soy? ¿Voy seguro con los conejos, o voy riesgoso tras el mamut? Cada quien tendrá sus propias respuestas. Pero mientras, creo que debemos “escuchar” gente como Krugman que explica cuál debe ser el comportamiento que como inversionistas debemos tener dentro del mercado de la bolsa de valores.
Hay problemas de muchas dimensiones cuando Krugman aborda los temas de este libro: una dimensión ética, otra económica, otra política, entre las que se pueden identificar. En el fondo se señala que Wall Street ha estado promoviendo un tipo de inversión fraudulento, buscando que el inversor caiga en la tentación de ir por grandes ganancias. ¿Se acuerdan en Costa Rica de los casos de que conmovieron en los años 80 y llevó al suicidio de Oscar Sotela Montagné? En el fondo es algo parecido. El caso Madoff prueba que hay una gran voracidad por parte del inversor para buscar esos "mamuts" que Orlando describe del artículo de Krugman.
ResponderEliminarAl mismo tiempo, las grandes ganancias son espejismos que no corresponden a la economía real, sino que se nota que hay factores que las empresas manejan como el de los inventarios y que tienen que estimular el consumo para poder ir estabilizando la situación. Es como si en la locura de hoy en día de los distribuidores de carros por vender, si ocurriese un repunte de las ventas, se viera esto como un buen síntoma de la economía, cuando realmente hay una desesperación por deshacerse del inventario excesivo.
Lo malo, es que las políticas por acción u omisión favorecieran el inflamiento de estas burbujas que, al estallar, como sucedió hace un año, dejan consecuencias en el empleo, las deudas impagables y la necesidad de una gran emisión de dólares para poder salvar la situación y que todos debemos pagar.
Concuerdo en que coexisten esas tres dimensiones. E incluso me atrevo a decir que la crítica de este autor esta mas enfocada a la dimensión ética del asunto económico. Se destapan a mi parecer algunas situaciones que llevan a uno plantearse si en realidad se debe confiar en las bolsas de valores. Pues no es solo el comportamiento de los inversionistas el que es demasiado arriesgado como para causar un espejismo en la economía. Si no se plantea un cuestionamiento directo a quienes allí laboran encargados de la operación de Wall Street. Pensando que tal vez ellos son los mismos creadores de los espejismos. Que al igual que permiten que las ganancias crezcan desmedidamente y el público se vaya tras de ellas, también permiten la especulación y que se desquebrajen las ganancias de un momento a otro. Entiendo que existe una relación bastante directa entre las empresas que se quieren deshacer de sus inventarios y los corredores de bolsa que especulan con ello. Tal vez es en esa relación que se inflan las burbujas que luego llevan al decline de la economía. Pues cuando se dan cuenta de lo que hicieron la burbuja exploto y como bien dices: "dejan consecuencias en el empleo, las deudas impagables y la necesidad de una gran emisión de dólares para poder salvar la situación y que todos debemos pagar".
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