En el primer capítulo del libro “The Political Economy of International Relations”, Robert Gilpin nos define la naturaleza de la economía política internacional como la interacción del estado con el mercado. De igual forma, el autor analiza la importancia de dicha relación. Gilpin, establece desde principio que la existencia paralela y la mutua interacción del “estado” y del “mercado” en el mundo moderno crea lo que se conoce por “economía política”. Se señala además que el concepto de “economía política” es un tanto ambiguo pero Gilpin utiliza ese término simplemente para indicar una serie de cuestionamientos a ser examinados por los medios de una mezcla eclíptica de métodos analíticos y de perspectivas teóricas. En otras palabras, Gilpin propone un análisis de lo que es la “economía política” sin casarse con un enfoque o método de estudio especifico, por el contrario su propuesta radica entender el concepto desde las diferentes perspectivas teóricas que se han desarrollado alrededor del tema.
Por lo tanto, se deconstruye el concepto en sus dos ramas principales: la economía (enfocada al mercado) y la política (enfocada al estado y al proceso político que ello presupone). La economía vista como variable teniendo su enfoque en el mercado es considerada como un “mundo” donde las decisiones están basadas en el interés individual cuyo sistema de mercado se regula a sí mismo en una base relativa de precios por bienes (goods) y servicios. Mientras, que la política vista como variable sola lleva a un estado proveedor de recursos con una base social y de objetivos políticos, y que son expresados en el presupuesto del estado.
No obstante, Gilpin define los conceptos “estado” y “mercado” para establecer su categorización y distinguir la relación existente entre ambos. Para el autor, el estado está basado en los conceptos de territorialidad, lealtad, y exclusividad, además de que posee un monopolio sobre la legitimidad del uso de la fuerza. Sobre el mercado, establece que su base está en los conceptos de la integración funcional, relaciones contractuales, y la expansión de la interdependencia de los compradores y los vendedores. También se argumenta que para el estado, las fronteras territoriales son una base necesaria para la autonomía nacional y la unidad política. Mientras que para el mercado, la eliminación de todos los obstáculos políticos y otros es imperativa para el mecanismo de precios. Sin embargo, aunque cada concepto se contrapone, el “click” que hacen juntos es en la medida que el estado y el mercado interactúan para influir la distribución del poder y la riqueza (wealth) en las relaciones internacionales.
Se trae entonces en perspectiva que la lógica del mercado es colocar las actividades económicas donde estas sean más productivas y beneficiosas (profitable), y que la lógica del estado es capturar y controlar los procesos de crecimiento económico y acumulación de capital. Estas lógicas al ser mezcladas con las relaciones internacionales insertadas en un espacio llamado economía mundial de mercado son los pilares de la propia economía política. Pues ambas lógicas al estar relacionadas e insertadas en el espacio internacional comienzan a darse un entramado de relaciones, acciones y procesos que deben ser vistos desde una concepción económica y otra política para entender lo que está ocurriendo en dicho espacio.
Esa concepción, tal vez teórica, es lo que conforma, a mi entender, la economía política como enfoque de análisis a las relaciones, acciones y procesos que se dan en la economía mundial de mercado donde los estados tienen su participación así como sus mercados “locales” (en el sentido de que son mercados en cada estado-nación) se insertan en el espacio macro de interacciones con mercados de otros estados-nación. Ello implica entonces la existencia de “corrientes de pensamiento” que interpretan dicha relación de diferentes formas. Ello se discute en el capítulo 2 del libro: “Tres ideologías de la Política Económica”. Próximamente se estará realizando una reflexión sobre ese capítulo.
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