sábado, 18 de abril de 2009

Robert Gilpin: Tres Ideologías de Económica Política.

En su segundo capítulo, Gilpin establece que existen tres ideologías que difieren en un amplio margen de cuestionamientos como: ¿Cuál es la importancia del mercado para el crecimiento económico y la distribución de la riqueza entre los grupos y las sociedades?, ¿Cuál debe ser el papel de los mercados en la organización de la sociedad a nivel domestico e internacional?,  y, ¿Cuál es el efecto del sistema de mercado en asuntos como la guerra y la paz? Por  cual, el autor establece como premisa que las tres ideologías (liberalismo económico, nacionalismo económico, y, marxismo) son fundamentalmente diferentes en sus respectivas concepciones sobre las relacionen entre la sociedad, el estado, y el mercado. Gilpin señala además que no sería una exageración decir que cada controversia en el campo de la economía política internacional está reducida ultimadamente a las diferentes concepciones de estas relaciones.

En su análisis el autor primeramente presenta cada perspectiva y luego presenta la crítica a cada una de ellas. En este espacio proponemos hacer una síntesis breve sobre la perspectiva y su crítica según se desprende de este capítulo teniendo presente que tales ideologías son parte de la categorización que el autor comienza haciendo en su libro para que se puedan entender los ejemplos o discusiones que se presentan en el resto de su obra.

Sobre  la perspectiva liberal (liberalismo político) Gilpin establece que la teoría económica liberal está comprendida al libre mercado y a la intervención mínima del estado. Señala que existen variaciones dentro de esta perspectiva, pero que todas sus formas están atadas al mercado y al mecanismo de precio como los medios más eficaces para organizar las relaciones económicas tanto a nivel domestico como internacional. Por lo tanto, en el liberalismo económico se asume que el mercado surge espontáneamente para satisfacer las necesidades humanas, y que una vez esta operando su funcionamiento va de acuerdo a su propia lógica interna. Entonces, la premisa fundamental de este es que el consumidor, las empresas, y los hogares son la base de la sociedad. Y por lo tanto se asume que el mercado existe en un espacio donde el individuo está bien informado y se le permite seleccionar el curso de acción que más lo beneficie.

De igual manera, los creyentes de esta perspectiva asumen que en un largo plazo la economía de mercado demuestra una fuerte tendencia al equilibrio y a la estabilidad inherente del sistema económico. También Gilpin señala que en esencia los liberares creen que el comercio y las relaciones económicas son la fuente de unas relaciones pacificas entre naciones porque implican beneficios mutuos. Sin embargo, la critica mayor que se le hace a esta ideología es que presupuestos (assumptions) básicos, como la existencia de actores económicos racionales, el mercado competitivo, y otros similares, no son realistas. De igual forma, el liberalismo se ve limitado, entre otras cosas, por la tendencia a no importarle la justicia y la equidad del producto (outcome) de las actividades económicas. Así mismo, se encuentra limitado en su propia concepción de que los intercambios (exchanges) libres que se dan en un mercado competitivo se posee la información de manera igualitaria para todos los actores.

Por otra parte, la perspectiva nacionalista presenta una idea central sobre que las actividades económicas son y deben ser subordinadas a las metas de construcción del estado y los propios intereses de ese estado. Por lo tanto, todos los nacionalistas se acercan a la primacía del estado, a la seguridad nacional, y al poder militar en la organización y funcionamiento del sistema internacional. De igual forma, el objetivo principal de los nacionalistas es la industrialización. Además, de que se desarrolla en el pensamiento de que sus mercados deben tener la tendencia a concentrar la riqueza y establecer la dependencia o las relaciones de poder entre las economías fuertes y las débiles. Así mismo, la ideología nacionalista de la economía está impregnada por la concepción del proteccionismo que siempre va a tender a proteger su mercado interno frente a los mercados que componen el espacio del mercado mundial.

Las principales fortalezas de esta ideología radican en el enfoque que se le da al papel del estado como actor predominante en las relaciones internacionales y como instrumento de desarrollo económico; la importancia que se le da la seguridad y a los intereses políticos en la organización y en la consecución de las relaciones económicas internacionales; y, su énfasis en el marco político de las actividades económicas, y su reconocimiento de que los mercados deben funcionar en un mundo competitivo de grupos y estados. Sin embargo, la critica a esta ideología está enmarcada en sus debilidades, entre ellas, su tendencia a creer que las relaciones económicas internacionales constituyen meramente y en todo momento un juego suma-cero, donde un estado gana más de la necesidad del otro estado que pierde. También se critica que un estado intervencionista fuerte no necesariamente garantiza el desarrollo económico, y que por el contrario más bien podría atrasar su desarrollo.

Por último, la perspectiva marxista se caracteriza por la crítica que hace sobre el capitalismo donde establece que este es la apropiación privada de los medios de producción y la existencia los salarios laborales. Por lo tanto, la esencia de la crítica marxista al capitalismo es que a pesar de que el individuo capitalista es racional, el sistema capitalista en sí es irracional. De igual forma, el marxismo en sus variantes presenta como el desarrollo económico ha sido desigual a nivel internacional por culpa de los imperios capitalistas, así como a lo interno del sistema capitalista el desarrollo de las clases sociales ha sido desigual.

No obstante, la principal debilidad del marxismo como teoría de la economía política internacional resulta de su falla en apreciar el papel de los factores políticos y estratégicos de las relaciones internacionales. Tal vez esto se debe por la limitación de la ideología en haberse quedado en la lucha de clases y en la crítica destructiva hacia el capitalismo sin haber llevado a la práctica alguna alternativa que no fuera encerrar las economías comunistas y las socialistas en sí mismas como negación a un sistema de mercado mundial capitalista. En el próximo capítulo se trae a discusión las dinámicas que se presentan en la economía política internacional y serán presentadas próximamente.

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